jueves, 25 de junio de 2015

SIN DISCUSIÓN

Un equipo gana cuatro títulos. Los gana en Septiembre, Febrero, Mayo y Junio. En cada uno de ellos, sumando el de la liga regular, acumula 4 MVP diferentes. Practica un baloncesto vistoso, eléctrico, alegre y alejado de parámetros puramente defensivos y ataques teledirigidos. Ese equipo no merece una crónica, merece un aplauso. Ese equipo es el Real Madrid 2014-15. Y esta es la crónica del rotundo 3-0 endosado al Barça en la final de la Liga Endesa.


EL PRIMERO       


Para evitar repetir el 0-1 de la final del año pasado el Real Madrid salía enchufado y acertado. Pero el FC Barcelona aguantaba las embestidas blancas y los primeros minutos circulaban parejos. Los de Pascual utilizaban su poderío interior para mantener el tipo en un Barclays abarrotado y entregado a la causa. Pero el plan comenzó a fallar en cuanto Tomic cometió su segunda personal poco antes de acabar el cuarto. En un breve lapso de tiempo Noción, Rodríguez y Rudy martilleaban el aro rival con triples que lanzaban a los blancos con +10. La última canasta del cuarto era para Hezonja que taponaba la sangría y dejaba el luminoso en 27-20.


Un Navarro acertado se unía a Hezonja en la ofensiva culé y evitaban la escapada de los de Laso. Las huestes blancas entraban en un duelo a aciertos. Cada buena canasta de los de Pascual, era respondida por una canasta blanca. En un esfuerzo colectivo, tanto defensivo como ofensivo, el FCB lograba rducir diferencias para ponerse a cuatro en un momento crítico para el Madrid. Ahí aparecía Carroll. Sus canastas, tras salir de bloqueo y lanzando según recibe deberían estar en el manual de los tiradores.
Sus puntos daban oxígeno y Felipe Reyes, incombustible y bregador junto a, un activo en ambas zonas, Rudy, conseguían devolver la decena para los suyos. Decena que recortaba Lampe para dejar la ventaja local en 7 al descanso. 47-40.


Rudy conseguía los 10 de nuevo con una canasta desde los 6.75. El Barca se ponía el mono de trabajo en defensa y cortaba la fluidez blanca. Con ello recuperaba sensaciones y el trabajo de Huertas y Lampe en ataque le permitía recuperar puntos. 50-45.Muchos nervios, tensión, intensidad y desgaste defensivo daban como resultado que los puntos cayeran con cuentagotas. Ni el Real Madrid conseguía escaparse, ni el FC Barcelona lograba acercarse a menos de dos canastas. Ambos coachs rotaban los banquillos intentando romper una dinámica que no tranquilizaba a nadie. Infructuosamente porque el tercer cuarto cerraba el tanteo con +6 para los locales.


El último cuarto empezaba con las punterías totalmente desacertadas. Hasta dos minutos y medio tardaron los jugadores en meter un balón en el cesto. Y fue Reyes quien dio el pistoletazo a los suyos. Porque, a pesar de que anotó Oleson, fueron los madridistas quienes primero se quitaron la losa y soltaron las muñecas. A golpe de carrera y triple, la diferencia se elevó de nuevo a los 11 puntos cuando Llull anotaba a tabla a 5 del final. Hezonja fue el catalizador de la remontada blaugrana. Se echó el equipo a la espalda y catapultó a los suyos hasta enjuagar la diferencia y ponerse a 2 con 2.35 por jugar. En estos minutos surgieron los cracks. Un intercambio de canastas entre Oleson y Rodríguez y el choque que entra en el último minuto con +2 blanco y bola. El FC Barcelona defiende bien, el tiro es errado pero de las varios manos que van a por él son las de Rudy las que se hacen con el rebote. Y del posterior ataque, el Madrid sale con cuatro puntos tras dos tiros libres del mismo jugador. Con el crono en contra, el FC Barcelona se ve obligado a lanzamientos rápidos que no entran y desde la línea de 5.30, el Real Madrid se lleva el primer punto por 78-72.




EL SEGUNDO:

Nada más empezar el cuarto ya se veían los derroteros del match. Con un Llull sublime, el Real Madrid atropellaba a su rival. Lo atropellaba, daba marcha atrás y volvía a atropellarlo. Más acierto que su rival, más intensidad que su rival, más rebotes que su rival, más asistencias que su rival. Los puntos caían inmisericordes en el lado blanco mientras que un impotente Barça se veía zarandeado por el vendaval. Que un primer cuarto de una final acabe 31-10 lo dice todo.  Ni apretando los dientes en defensa, conseguía el Barça parar a los de Laso. En la cima de la ola, Sergio Llull. Carreras, pases, puntos y un carácter ganador que le hacían imparable en cualquier situación. Un cuarto y partido decidido.
Cuando la defensa culé era buena, los tiros eran mejores y cuando el FC Barcelona flojeaba, el Madrid encadenaba punto tras punto.
El FC Barcelona encontraba a Doellman para atisbar la remontada. Pero el Madrid estaba de dulce y oro. Buenas defensas, rápidas transiciones, excelentes opciones de tiro y superioridad bajo los tableros. Al FC Barcelona le costaba un mundo anotar. Algo que los blancos hacían, sin aparente esfuerzo. El ímpetu culé cobró fuerza con dos buenas acciones de Oleson pero se diluyó como un azucarillo. Con Tomic apagado y Navarro, en el banco lesionado, todo el esfuerzo de Doelman fue baldío porque solo servía para ganar el parcial del cuarto por 3 y dejar, al final del mismo, la ventaja local en 17 puntos.
Doellman , otra vez, daba la cara por los suyos en el segundo cuarto. Los primeros nueve puntos de los azulgrana llevaban la firma del ala pivot de Ohio. Pero Rudy ejercía de apaga euforias, contestando con buenas canastas para mantener 15 de renta. El Madrid sacó ventaja de ser mas coral. Reyes, Ayón, Nocioni y Llull completaban el esfuerzo del de Palma de Mallorca. En el bando opuesto, Tomic no lograba continuidad y solo  algún ramalazo aislado de los hombres exteriores permitía tomar el relevo del alero. Nadie tomaba la responsabilidad. En cuanto Doellman acusó el cansancio, de nuevo regresaron los 20 puntos. Y 21 con un 2+1 de Nocioni. Un triple de Abrines, desde medio campo y sobre la bocina de cuarto dejaba este en 76-56 para las huestes de Laso.
Si alguno pensaba que ese triple podía ser un punto de inflexión, el arranque blanco despejó cualquier duda. El FC Barcelona claudicó y guardó fuerzas para el tercero reservando jugadores. También lo hizo Laso y sentó a Llull, en medio de una estruendosa ovación de un Barclays Center puesto en pie. Rendido a un jugador, menos mediático que sus compañeros de equipo y selección pero treméndamente efectivo , comprometido con el equipo y vital en los últimos títulos blancos. En la que puede ser su despedida (Rockets??)de la parroquia madridista, ofreció un recital al alcance de muy pocos. Al final, números redondos. 20 puntos de ventaja con un 100-80 y 2-0 en la eliminatoria, antes de trasladarse a la Ciudad Condal.

EL TERCERO
Un Palau abarrotado veía como los suyos, con otra disposición,  conseguían lo que no habían conseguido en partidos anteriores. Marcar el ritmo. Pero a medida que transcurría el cuarto se vislumbraban futuros problemas. Solo un descomunal Tomic (protagonista de una inusual jugada, falta en el salto inicial) era capaz de aguantar el ritmo de un Real Madrid que ofrecía mas polivalencia en su juego ofensivo. 
El Madrid contemporizaba y buscaba su momento. En el Barça, ausente Navarro por lesión, nadie era capaz de tomar el rol de líder y Pascual, no acertaba con la tecla a pesar de sus numerosos cambios. Con todo ello, el partido finalizaba el cuarto en tablas. 17-17 con 12 puntos de Tomic, hoy si, en  papel determinante, pero sin tiro exterior local.
El momento blanco llegó en el segundo cuarto. Laso sacó su segunda línea, la guerrera y el partido se tornó visitante. 
Con Tomic ahogado por la defensa y Rodríguez junto a Carroll en plan killers, el Real Madrid tomó ventaja desde la línea de 6.75. Como Tomic era defendido en ayudas, doblaba balones que sus compañeros no aprovechaban. Un dato de final de cuarto. El Real Madrid acababa con un 70% de acierto en el triple por un paupérrimo 20% de su rival que encima, lo había intentado en más ocasiones. Y el doble de rebotes por lado visitante. Con estos parámetros la conclusión era lógica. Del +4 al +8 y de ahí al +11. Y Carroll silenciaba la grada con su canasta y los +14. Los pocos aciertos blaugrana llegaron en ese momento y redujeron a 10 con triples de Oleson y Doellman. Todo el trabajo culé lo echó por tierra Maciulis, silencioso  y eficaz, que con cuatro puntos consecutivos, devolvió los 14 al finalizar el cuarto.34-48.
Salió con mejor puntería el FC Barcelona pero como su defensa, era superada por las tropas madridistas las diferencias continuaban en la decena. Cuatro minutos le costó a los de Pascual bajar de 10. 
El Real Madrid estaba en su salsa. Jugaba con la ansiedad local y mantenía el tipo. Tras un tiempo muerto, los blaugrana salieron encorajinados y cerraron filas en  defensa. Ayudas en los bloqueos, intensidad en los desplazamientos, blindaje del rebote ofensivo y canasta sacadas del corazón y la garra. 
Con eso lograron cortocircuitar al Real Madrid, sorprendido por la furia culé.  Tomic lideraba pero no estaba solo. Doellman y Abrines colaboraban. Con una canasta del croata y dos triples de los exteriores, el FC Barcelona lograba marcar 5 de ventaja. Con el Barça lanzado y eufórico, Sergio Rodríguez se marcaba un triple desde 8 metros, bajaba la pasión del Palau y dejaba el  final del cuarto con  +2 local.67-65.
El Madrid no se iba a dejar comer la tostada. Entre el Chacho y Carroll, remontaron y de nuevo desventaja blanca ayudados por las aportaciones de Nocioni y Maciulis. Llull estaba muy bien defendido pero eso le permitía dirigir y mover la defensa rival. Con Tomic, cargado de personales y  poca ayuda de los demás, el Barça perdía fuelle. Recuperaba aire con unos tiros libres de Abrines y una antideportiva de Slaughter. Buenos momentos de Storansky y Abrines. Jugadas rápidas sacando canastas en poco tiempo y lograron entrar en el último minuto con 5 de desventaja.
 El Madrid apura y falla, otra jugada rápida de los blaugrana. Tomic postea y anota a tabla. +3 blanco y bola a 35 segundos. Y a 15 segundos, con Oleson encima y la amenaza de la bocina de  24, el estadounidense Carroll se levanta  desde 6 metros y la clava en la red. 
Canasta que decide el partido porque aunque Tomic anota a posteriori  a 9 segundos, Llull, MVP de las finales, sentencia desde los tiros libres.  El Barça pone fin a su nefasta temporada con una jugada de Doellman que en su bote al penetrar, el balón le golpea en el pie y se pierde por la línea de fondo. La cara contraria, el temporadón blanco cerrado con broche de oro y en casa del eterno rival.

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