martes, 30 de mayo de 2017

"Gracias" SD Etxebarri

Gracias a la SD Etxebarri. Porque gracias a su impresentable forma de actuar han conseguido que mis dos hijos sean felices y acaben en equipos repletos de buen rollo, magnífico espíritu y dirigidos por dos ENTRENADORES. Con mayúsculas, grandes en la cancha y fenomenales personas fuera de ella.

Eneko, siete años como portero de categorías inferiores del Etxebarri. En esos siete años, solo ha faltado a tres partidos. Que ha jugado con lesión, gripe o gastroenteritis. Que ha jugado con otros equipos porque faltaban porteros. Que ha jugado en navidades, semana santa y verano todo torneo o partido amistoso que aparecía. Al contrario que otros niños cuyos padres no iban a sacrificar un finde o un viaje vacacional por la afición del hijo. Que empezaba la temporada a principios de Septiembre y la acababa a finales de Junio. Que nunca tuvo una multa por mal comportamiento o llegar tarde.

Pues todo eso tuvo como premio salir del club por la puerta de atrás. Porque llegó un "profesional" de los banquillos. Un sujeto que todo su afán era ganar partidos. Y por ello decidió que no iban a jugar todos lo mismo. Y descartó jugadores con el único objetivo de que el equipo no tuviera malos jugadores. Y humilló al tercer portero dejándole todo un entrenamiento como única actividad hacer pases con la mano a remates de cabeza a la portería donde se rotaban sus colegas de marco. Y decidió mantener la distancia con los padres, no dirigiendo la palabra ni para saludar. Hipócrita, porque luego consiguió trabajo gracias a una de las madres que lo metió en su empresa. Y lo mantuvo en secreto para evitar críticas. Con entrenamientos eternos de dos horas y pico sin motivo. Ese "profesional" pensó que Eneko no era apto y lo sacaba del campo a los 15 minutos de haber entrado. Y lo remarcaba con acusaciones públicas sobre su físico. Y no solo con resultado igualado, sino que lo sacó del campo con 4-0 a favor con la excusa de no querer recibir un gol. Toda su justificación era "decisión técnica". Y ello avalado por padres egoístas porque su hijo jugaba y no había mas objetivo que ese. O conformistas. Aunque su hijo no jugaba, tampoco se iban a mover para que no saliera del equipo.

Eneko decidió cambiar de aires y recaló en el CD Iturriondo de Futsal. Bendita decisión. Su entrenador, Älvaro, es un chaval, siempre preocupado por el bienestar y la mejora de todos sus pupilos. Agradable en el trato personal y con afán de superación día a día. Y orgulloso de sus guerreros. Esos guerreros donde Eneko ha encajado desde el primer día. En el fútbol, Eneko siempre salía del entrenamiento el primero.Siempre.Ahora sale el segundo, el cuarto, hablando con alguien. Ahora son sus amigos y no sus compañeros, como era antes. Su ex-equipo ha ganado la liga Bizkaia (y ganarán mas porque hay chavales muy buenos) y el actual, la liga de su grupo. Da igual. Eneko sonríe y disfruta.

Que juega en un deporte minoritario me han dicho, que no es de élite. Y??. Soy árbitro desde hace 27 años y he visto jugadores y entrenadores de todos los pelajes. Y lo importante es que tu hijo disfrute. Si para que ese hijo cumpla los deseos de un padre que lo quiere en la élite, tiene que estar en un ambiente enrarecido, donde los progenitores son tan egocéntricos que en un torneo en Donosti, no dan lugar a que los niños vayan en el bus del Athletic porque prefieren ir por libre o que  haya comidas fin de temporada en que falten algunos, o incluso no se celebren dichas comidas. O soporten a un tirano, que prohíbe sus jugadores tener contacto con Eneko. Avalado y escondido por un club mezquino y ruin que ya puso las bases cuando decidió dividir a los niños en época benjamín. En los buenos, el A con amistosos, torneos y dedicación. Y por otro lado el B, los no buenos y que pasaban la temporada sin mas interés que acabar la liga. Si es es el precio a pagar, es que el fútbol no está hecho ni para mi ni para Eneko.

Ni para Eritz. Que a final de la temporada anterior decidió jugar a fútbol y se le llevó a Etxebarri, a probar. Y se topó con otro iluminado. Otro. Que no le explicó los ejercicios, que se lo explicaron sus compis de 7 años. Que no les dirigía y que luego, al preparar jugadas de estrategia en los saques de esquina, repito, a niños de 7 años, sentó a Eritz en el banco durante 40 minutos porque era el nuevo y le destrozó la ilusión dando carpetazo al fútbol. Eritz decidió pasarse al atletismo  y le quedará el orgullo de haber ganado las tres carreras de circunvalación al campo. Pero en Enero quiso fútbol y se inscribió en el equipo de su cole, el NS Begoña. Otra bendita decisión. Juega con sus amigos, se divierte y ha encontrado otro crack como entrenador. Cristian Blanco (apunten este nombre porque es estrella del futsal en Euskadi y va para figura). Un entrenador que es un hermano mayor. Que logró que con dos semanas, Eritz le abrazara para despedirse de él. Que consiguió emocionarlo al dedicarle un gol el día que fuimos a verle jugar. Por esto dejó el Club Berriochoa de atletismo (solo palabras de elogio a esta gente maravillosa) y acabó la temporada con los urdiñak.

En fin, nos caemos para aprender a levantarnos. Por eso, le doy las gracias al Etxebarri. Ha conseguido que mis dos hijos sean felices y con ellos, sus padres, que les vemos disfrutar y ser felices haciendo deporte. Conocí buenas personas en Etxebarri pero solo eran oasis en un mar de competitividad, rencillas y donde se abandona la formación de niños en aras de conseguir triunfos. Agur SD Etxebarri. No se os echa de menos.

Pd: Si echaré algo de menos. Los pintxos de tortilla de Los Beliforanos. Por la barba de Zeus, ¡¡¡ que pintxakos!!!

SOLVENCIA

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